domingo, 30 de octubre de 2016

¿ADIÓS PARA SIEMPRE?

Mi último post hablaba del ciclo de  la vida, de cómo cada uno de nosotros estamos destinados a seguir ese ciclo, y si no lo hacemos es porque nos hemos ido prematuramente. Pues bien, estas fechas son idóneas para hablar del final de ese ciclo natural, de la muerte.

La religión Católica, muy hábilmente, ha sabido encajar la muerte como parte de la vida. Cree en la vida eterna y la salvación de las almas que practican el bien, y el fallecido será juzgado por Dios; y va al cielo si hizo el bien durante su vida en la tierra, o va al infierno si hizo todo lo contrario. También cree en el purgatorio, lugar donde el fallecido va si ha cometido pecados veniales. Para los católicos, la muerte no es un final, sino la partida a una nueva vida con Dios y resucitará cuando llegue el día del Juicio Final.

En la sociedad moderna, la forma de enfrentar la muerte ha cambiado, se rechaza, se esconde, se vive con angustia: la muerte ha dejado de ser aceptada como un fenómeno natural. La religión, aunque actualmente en crisis, aporta sentido a cosas que las podemos poner en práctica sin creer en Dios, creyendo sólo en las propias personas.

Prepararse para morir debe significar un acto fundamental, su dignidad depende de ello. Actualmente hemos pasado de una muerte familiar, a una muerte escondida. Al enfermo casi siempre se le oculta la gravedad de su enfermedad, se le sobreprotege y se le deja en la ignorancia de su propia muerte, ocultando una comunicación abierta.

Una buena muerte, sin dolor, a ser posible en su casa, acompañado, que esté rodeado de sus seres queridos, y morir en paz según las creencias de cada uno.  Cada persona es única, con una historia y aprendizaje diferentes, cada persona tiene derecho a elegir su muerte, y respetar esto es respetar la dignidad y libertad del ser humano.

Afrontar la muerte significa estar en disposición de reflexionar de manera profunda y serena sobre el fin de todas las cosas, sobre el motivo de nuestra presencia en el mundo, sobre lo que significa la vida, y es un detonante que nos lleva a replantearnos nuestra propia vida.

Forrest Gump, la conversación con su madre en el lecho de muerte es especialmente bonita:


  •  ¿Qué te pasa, mamá?.
  • Llegó mi hora, Forrest. No tengas miedo, porque la muerte forma parte de la vida. Es el destino.

La vida continúa, y aunque sea sin esa persona querida, mientras permanezca en nuestro recuerdo, seguirá viva, sólo tú sabes cuál es la forma más significativa de honrar esa relación única, y si ves que no lo aceptas o superas, apóyate en un psicólogo mediante psicoterapia, son los sustitutos de los curas y las confesiones, es necesario, las personas que te rodean, que están vivas, se merecen tu mejor estado.

domingo, 16 de octubre de 2016

EL CICLO DE LA VIDA

El 1 de octubre celebramos el Día Internacional de las Personas de Edad, y el mensaje este año del Secretario General de la ONU Ban Ki-moon ha sido:


«Celebremos el Día Internacional de las Personas de Edad rechazando enérgicamente todas las formas de edadismo y trabajando para permitir que las personas de edad alcancen su pleno potencial, al tiempo que cumplimos nuestra promesa de construir una vida de dignidad y derechos humanos para todos.»


De acuerdo con la OMS, este día "es una oportunidad para poner de relieve la importante contribución de las personas mayores a la sociedad y para concienciar sobre los problemas y los retos que plantea el envejecimiento en el mundo actual".

El edadismo (viejismo, gerontofobia, etarismo) es una de las tres grandes discriminaciones actuales, por detrás del racismo y el sexismo, pero estos dos ya se están combatiendo incluso a niveles legales.

Esta discriminación es un nuevo concepto que debemos evitar y que puede llevar a una reducción de la autoestima. La progresiva reducción de sus capacidades físicas y mentales, y los problemas de salud, se convierten en otro factor más de predisposición a aislarse de la sociedad, ya que les sitúa en una posición de desventaja, al convertirse en dependientes de otras personas.

Los abusos hacia las personas mayores se visualizan en la discriminación en la atención sanitaria, en la falta de residencias para mayores (o las que hay son muy caras), en los trabajos (este tema me da para otro post), en los medios de comunicación, cuando presentan a los ancianos como personas frágiles y dependientes, y en las campañas de márketing.

Nos guste o no, es inevitable que todos estamos abocados a cumplir años, y por mucho que nos resistamos (gerascofobia=miedo irracional a envejecer), en el medio o largo plazo nos encontraremos en la misma situación, y si no es porque prematuramente no hemos llegado.

Soy de la opinión que los valores se han de transmitir en casa, en la familia, y por eso hemos de tratar con cariño a nuestros mayores. Hay que inculcar a nuestros hijos desde pequeños un gran cariño y respeto por las personas mayores, bien sean sus abuelos, vecinos, conocidos mayores o personas desconocidas que se encuentran en la calle. La pérdida de los valores tradicionales hace que cada vez más las personas mayores sean marginadas, e incluso ignoradas, dando a entender su aparente inutilidad para una sociedad movida solamente por las prisas, el estrés y los valores materiales. Pero una persona mayor puede aportar experiencia, formación y cultura a los más pequeños. El cariño y el respeto suele tener un efecto "boomerang"; si no lo damos y enseñamos, es difícil que lo obtengamos en un futuro.


Algunos de los puntos clave para educar a los más pequeños en el respeto a los mayores pueden ser: que les hablen siempre con respeto, evitar que pongan malas caras cuando les dicen algo, corregirles con firmeza cuando les traten despectivamente, que den las gracias siempre y pidan las cosas por favor, esforzarse en ser comprensivos, que acepten las pequeñas manías, aprender a escucharlos en sus batallitas, atenderles cuando necesiten ayuda, no permitir que les ignoren.

La herencia no debe estar compuesta únicamente por lo material, sino también por lo intangible.

Hace unos años se formó el Proyecto Legado encabezado por el Doctor Karl Pillemer de la Universidad de Cornell en Nueva York. Para este proyecto se entrevistaron a más de 1.500 ancianos con el objetivo de preservar de forma escrita su testimonio. El informe de ese proyecto nos debe ayudar, porque estos ancianos han vivido algunos de los acontecimientos más traumáticos de la historia, y un denominador común en todos ellos ha sido que al final de la vida, la mayor parte de los arrepentimientos tienen más que ver con lo que no han hecho que con lo que sí han hecho;

  •  Para que un matrimonio funcione, hay que compartir los mismos objetivos.
  •    No trabajes con el único objetivo de enriquecerte.
  • ∞  Intentar aprender algo de la experiencia. 
  •   La educación de tus hijos depende del tiempo (de calidad y no de cantidad) que les dediques.
  •  Lo que mejor recuerdan de décadas pasadas fueron sus viajes.
  •    No luches contra el envejecimiento, es un proceso irreversible y negarlo termina derivando en comportamientos patéticos, o incluso, dañinos.
  •    El tiempo lo es todo.  La vida es demasiado corta para pasarla quejándonos o aburriéndonos.
  •     La felicidad es una elección, no una consecuencia. 
  •    Cuando te hagas mayor, mantén contactos sociales. No hay que perder nunca de vista a los amigos ni la familia.


Ahora bien……..no confundamos la edad madura con permitir una vida tormentosa hacia los demás.

“Quien siembra recoge”

No se debe enmascarar  toda una vida tormentosa hacia los demás (crímenes de guerra, comportamientos violentos con los hijos, etc.) con ser anciano, y no ha de ser una excusa para dar pena. Independientemente de la edad, cada uno debe ser responsable del daño causado a los demás……..aunque también es cierto, que las víctimas de sus “atrocidades” debemos perdonar, porque no hay paz interior sin perdón.


La polémica está servida.….!!!! ;-).