domingo, 23 de julio de 2017

UN PASEO POR LAS NUBES

Salí en busca de la suerte, surgió la oportunidad, luché contra mis miedos e inseguridades, postulé a la vacante, y lo conseguí.

Aunque desde Mayo estoy ejerciendo, este Jueves he recibido oficialmente el nombramiento como MEDIADORA Y CONCILIADORA DEL TRIBUNAL LABORAL DE CATALUNYA (para las provincias de Barcelona y Tarragona).



Que no, que no es un castigo, os lo puedo asegurar. Para las personas que nos dedicamos a las Relaciones Laborales, es un regalo. Me permite compatibilizarlo con mi trabajo actual, aplicar mi experiencia profesional, ampliar mi campo de visión profesional y trasladarlo a mi empresa, y lo que para mí es lo más importante, evitar la judicialización de la conflictividad laboral.

El TLC es un sistema extrajudicial y extraadministrativo de solución de la conflictividad laboral, configurado como un instrumento de resolución de conflictos de trabajo cuya finalidad es objetivizar al máximo el conflicto laboral, buscando la proporción de la razón de las posiciones de las partes y ofreciendo soluciones rápidas y eficaces.

Los principios del TLC son rapidez, audiencia de las partes, independencia, imparcialidad, oralidad, igualdad, contradicción y gratuidad.
Últimamente me ha sobrevolado la duda de si mi antigüedad profesional en una misma empresa era bueno o malo, y este proceso me ha confirmado que, para este caso, es bueno. Cuando me dijeron que había sido seleccionada, uno de los motivos fueron “por tu dilatada experiencia”.

La veteranía es un grado

La esperanza de vida, y la vida laboral, tienden a ser cada vez más largas, y las nuevas generaciones empujan con fuerza, aunque este mundo tiene cabida para todos, siempre y cuando tanto unos como otros nos esforcemos, tanto en entrar en el mercado laboral como en  mantenerse.

A los Millenials, Generaciones X,Y,Z,, empresarios,  os digo que no debemos etiquetar a las personas por género, edad, antigüedad, etc., tan sólo debemos valorar a las personas por lo que nos puedan aportar, y el verdadero reto para las empresas es saber gestionar el mestizaje generacional, y todas y cada una de las personas nos aportarán lo mejor de sí mismas.

Permitidme que esta semana mi cabeza pasee por las nubes, y que mis manos toquen el cielo, pero con los pies en la tierra.



No hay mayor distancia que no atreverse

Lo único imposible es aquello que no intentas



domingo, 16 de julio de 2017

MUJERCITA


En mi adolescencia vi la película Mujercitas, y aunque me pareció ñoña, el personaje de Jo March me cautivó. Desde ese momento, Jo ha sido un referente en mi vida.

Mujercitas es una novela de Louisa May Alcott publicada el 30 de septiembre de 1868, que trata la vida de cuatro niñas que se convierten en mujeres con la Guerra Civil en los Estados Unidos, entre 1861 y 1865.

Jo es la segunda de las hermanas March, una apasionada de la escritura, que se siente dueña de su destino, un espíritu libre. Tiene 15 años y es la que tiene un aire más masculino y moderno en la historia. A pesar de tener una larga cabellera única y hermosa, aborrece las características femeninas y rehúsa totalmente a adaptarse a los estereotipos de cómo deberían actuar las damas de su época. De carácter fuerte, irónico, sarcástico y mal hablado, pero un corazón de oro. Junto a su hermana Beth, ayuda a las personas más desfavorecidas de su comunidad. La relación con Beth es más estrecha que con las otras dos hermanas, Meg y Amy. Jo se corta el cabello, su más preciado bien, para obtener dinero y que su madre así pudiera visitar al padre herido durante la Guerra de Secesión. No acepta casarse con su mejor amigo, Theodore Laurence (Laurie) y finalmente se casa con el Profesor Bhaer de origen alemán y tienen dos hijos: Rob y Teddy.

Actualmente estoy dejándome el pelo largo para poder donarlo, y nunca pude imaginar que mi hija Nora de 11 años, mi mujercita, me pusiera el listón más alto de lo que tenía con Jo. Igual que Jo, Nora tiene una larga y preciosa melena rizada, que cuida con esmero.

En una conversación rutinaria, he recordado en casa el motivo de por qué me estoy dejando el pelo largo, y mi hija ha decido cortar su larga melena y donarla para hacer una peluca para niños/niñas con cáncer. Qué gesto tan bonito y solidario, y me siento tan orgullosa de ella!!!!, creo que mi labor como madre se está cumpliendo, que los valores y principios en los que creo, crecen en mis hijos, y es el mejor legado que les puedo dejar, y que ellos influyan en otras personas y en sus futuros hijos.

Rápidamente hemos buscado una PELUQUERÍA SOLIDARIA por nuestra ciudad donde poder donarlo, y hemos encontrado dos, y por cercanía hemos decidido hacerlo en

Hasta el Moño!
Almu i Yenai
Facebook: Hasta el Moño Saló de Bellesa

 Los requisitos han sido:

1.    Donar como mínimo 20cm.
2.    Aportar 5€

Es erróneo pensar que solidario sólo se puede ser si se tiene dinero, nada más lejos!!!!, mi concepto de solidaridad debe estar basada en ayudar a otras personas, en la medida en que se pueda, y de una manera desinteresada por supuesto. Ejemplos de solidaridad pueden ser: donar tiempo (recogida alimentos, compañía, participar en campañas); donar pelo, sangre, órganos; donar ropa, libros, juguetes; y lo más importante, comparte con tu familia y amigos estas acciones, influye!!!!.
Educa en solidaridad
Creo firmemente en la ejemplaridad, y enseñar a los más pequeños la importancia de ser una persona solidaria es también una manera de ayudar. Ellos serán los que configuren nuestra sociedad futura y, si lo hacen sobre pilares como este, convertirán el mundo en un lugar más habitable. Busca herramientas para hacerlo, principalmente con el ejemplo, pero hay cuentos y películas de dibujos que seguro te sirvan de inspiración.
Jo March, Mujercitas, uno de sus personajes me ha influido en construir un mundo mejor, y extender como mancha de aceite la solidaridad.
Nora Luque, mi mujercita, no es un personaje de ficción, es real, y es mi hija.







Facebook: Mechones Solidarios
@donatupelo